sábado, 28 de febrero de 2009

Figuras Retoricas

Figuras Retóricas o Literarias


A diferencia de la lengua cotidiana, el lenguaje literario obedece a una voluntad de estilo, a una voluntad de forma: el autor aspira a que su obra sea percibida como resultado de un trabajo de creación artística. Todo escritor manipula, en mayor o menor grado, su modo de pensar y la forma en que expone su pensamiento, para que el contenido o la forma, o ambos a la vez, extrañen o choquen al lector, y éste perciba esa voluntad de forma que movía al autor a escribir. El artificio, la manipulación, se da en un grado muy elevado en la poesía; sin embargo, también se producen artificios en la prosa; incluso, aunque no seamos conscientes de ello, nosotros también recurrimos a estos artificios en muchas situaciones del habla familiar o coloquial.

Estas maniobras, manipulaciones o artificios se denominan figuras retóricas o literarias, y las hay de dos clases:

  • Figuras de pensamiento, que consisten en una presentación chocante de las ideas. Pueden ser: descriptivas, patéticas, lógicas, oblicuas y tropos; y
  • Figuras de lenguaje, que se producen por un empleo y disposición singular del lenguaje, de tal modo que, si la expresión cambiara, desaparecería la figura. Pueden ser resultado de la adición, la omisión, la repetición y la combinación de palabras.

1. FIGURAS DE PENSAMIENTO

Figuras descriptivas

PROSOPOGRAFÍA.- Es la descripción de los rasgos físicos de una persona.


ETOPEYA.- Es la descripción de las costumbres y rasgos morales y/o espirituales de una persona: su carácter, valores éticos, gustos, etc.


«Sancho Panza es uno de los más graciosos escuderos que jamás sirvió a caballero andante; tiene a veces unas simplicidades tan agudas, que, el pensar si es simple o agudo causa no pequeño contento; tiene malicias que le condenan por bellaco, y descuidos que le confirman por bobo; duda de todo y créelo todo…» (Miguel de Cervantes)


RETRATO.- Es la descripción global de una persona, tanto en sus rasgos físicos como en sus características morales y/o espirituales:

«Él era un clérigo cerbatana, largo sólo en el talle, una cabeza pequeña, los ojos avecindados en el cogote, que parecía que miraba por cuévanos, tan hundidos y oscuros que era buen sitio el suyo para tiendas de mercaderes; la nariz, de cuerpo de santo, comido el pico, entre Roma y Francia, porque se le había comido de unas búas de resfriado, que aun no fueron de vicio porque cuestan dinero; las barbas descoloridas de miedo de la boca vecina, que de pura hambre parecía que amenazaba a comérselas; los dientes, le faltaban no sé cuántos, y pienso que por holgazanes y vagamundos se los habían desterrado; el gaznate largo como de avestruz, con una nuez tan salida que parecía se iba a buscar de comer forzada de la necesidad; los brazos secos; las manos como un manojo de sarmientos cada una. Mirado de medio abajo parecía tenedor o compás, con dos piernas largas y flacas. Su andar muy espacioso; si se descomponía algo, le sonaban los huesos como tablillas de San Lázaro. La habla hética, la barba grande, que nunca se la cortaba por no gastar, y él decía que era tanto el asco que le daba ver la mano del barbero por su cara, que antes se dejaría matar que tal permitiese. [...] La cama tenía en el suelo, y dormía siempre de un lado por no gastar las sábanas. Al fin, él era archipobre y protomiseria.» (Francisco de Quevedo)


CARICATURA.- Retrato de un personaje en el que, por procedimientos muy diversos, se exageran determinados rasgos (físicos o morales), generalmente con intención satírica o burlesca:

«Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un peje espada muy barbado.» (Francisco de Quevedo)


TOPOGRAFÍA.- Consiste en la descripción de un lugar o paisaje:

«La heroica ciudad dormía la siesta. El viento sur, caliente y perezoso empujaba las nubes blanquecinas que se rasgaban al correr hacia el norte. En las calles no había más ruido que el rumor estridente de los remolinos de polvo, trapos, pajas y papeles, que iban de arroyo en arroyo, de acera en acera, de esquina en esquina, revolando y persiguiéndose, como mariposas que se buscan y huyen y que el aire envuelve en sus pliegues invisibles.» (Leopoldo Alas, Clarín)


PRAGMATOGRAFÍA.- Consiste en la descripción de objetos:

«En la hermosa tela se veían
entretejidas las silvestres diosas
salir de la espesura, y que venían
todas a la ribera presurosas,
en el semblante tristes, y traían
cestillos blancos de purpúreas rosas…» (Garcilaso de la Vega)


CRONOGRAFÍA.- Consiste en la descripción de estaciones, tiempos o épocas pasadas, presentes o futuras:

«Que por mayo era, por mayo,
cuando hace la calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor,
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor…» («Romance del prisionero»)


PROSOPOPEYA o PERSONIFICACIÓN.- Se produce cuando el escritor atribuye cualidades específicamente humanas a cosas, animales e, incluso, a seres abstractos personificados (la Razón, el Amor, la Muerte…):

«Folgaba el Rey Rodrigo
con la hermosa Cava en la ribera
del Tajo, sin testigo;
el río sacó fuera
el pecho, y le habló desta manera:
“En mal punto te goces,
injusto forzador; que ya el sonido
oyo, ya y las voces,
las armas y el bramido
de Marte, de furor y ardor ceñido…» (fray Luis de León)


1.2 Figuras patéticas

EXCLAMACIÓN.- Forma típicamente emotiva del lenguaje con la que se expresan los más diversos sentimientos, con un cierto énfasis subrayado por la entonación y marcado formalmente por los signos diacríticos de la exclamación (¡…!):

«¡Avisad a los jazmines
con su blancura pequeña!
¡Que no quiero verla!» (Federico García Lorca)


INTERROGACIÓN RETÓRICA.- Se trata de una pregunta que no presupone una falta real de información, sino que implica enfáticamente al interlocutor en una afirmación o una negación ya implícita en la pregunta:

«¿No es verdad, ángel de amor,
que en esta apartada orilla
más clara la luna brilla
y se respira mejor?» (José de Zorrilla)

El interlocutor se ve empujado a dar una respuesta afirmativa.

En otras ocasiones, la respuesta es imposible, bien porque la pregunta se dirige a alguien ausente o muerto, bien porque se dirige a objetos o animales que, lógicamente, no pueden responder; es el caso de la «Égloga I» de Garcilaso de la Vega, cuando el pastor Nemoroso se dirige a su amada Elisa, que ha dejado fallecido:

«¿Quién me dijera, Elisa, vida mía,
cuando en aqueste valle al fresco viento
andábamos cogiendo tiernas flores,
que había de ver con largo apartamiento
venir el triste y solitario día
que diese amargo fin a mis amores?» (Garcilaso de la Vega)


APÓSTROFE o INVOCACIÓN.- Figura que consiste en dirigir la palabra en tono emocionado a una persona o cosa personificada:

«Para y óyeme, oh sol, yo te saludo.» (José de Espronceda)


OPTACIÓN.- Es la manifestación vehemente de un deseo:

«¡Oh, suene de contino,
Salinas, vuestro son en mis oídos,
por quien al bien divino
despiertan los sentidos
quedando a lo demás adormecidos!» (fray Luis de León)


IMPRECACIÓN.- Con esta figura se manifiesta una fuerte emoción y se expresa desdén, furor, indignación por un acto negativo, y se desea un mal a quien es responsable del hecho:

«Húndete, pues, con tu torva historia de crímenes,
precipítate contra los vengadores fantasmas,
desvanécete, fantasma entre fantasmas,
gélida sombra entre las sombras,
tú, maldición de Dios,
postrer Caín,
el hombre.» (Dámaso Alonso)


EXECRACIÓN.- Figura que consiste en maldecirse a uno mismo (p.e., el popular «¡Maldita sea mi estampa!»).

«-Si eso sabía vuestra merced -replicó Sancho-, ¡mal haya yo y toda mi parentela!, ¿para qué consintió que lo gustase?» (Miguel de Cervantes)


HIPÉRBOLE.- Consiste en el empleo de palabras exageradas para expresar una idea que está más allá de los límites de la verosimilitud:

«Un monte era de miembros eminente
este (que, de Neptuno hijo fiero,
de un ojo ilustra el orbe de su frente,
émulo casi del mayor lucero)
cíclope, a quien el pino más valiente,
bastón, le obedecía, tan ligero,
y al grave peso junco tan delgado,
que un día era bastón y otro cayado.» (Luis de Góngora)


1.3 Figuras lógicas

SÍMIL o COMPARACIÓN.- Consiste en una comparación expresiva, presentada como tal comparación, esto es, que siempre aparece en la figura el nexo comparativo como. El término que se compara es el término real (en adelante, nos referiremos a él sólo como R), y aquél con el que se compara, el término imaginario o imagen (en adelante, nos referiremos a él sólo como I):

«Cruzan lentas, alargadas como culebrillas (I), unas nubecitas rojas (R) » (Camilo José Cela)


ANTÍTESIS.- Es la contraposición de dos palabras o ideas de sentido opuesto:

«Yo velo cuando tú duermes, yo lloro cuando tú cantas.» (Miguel de Cervantes)


OXÍMORON.- Especie de antítesis en la cual se ponen en contacto palabras de sentido opuesto que parecen excluirse mutuamente, pero que en el contexto se convierten en compatibles:

«Vivo sin vivir en mí
y tan alta vida espero
que muero porque no muero.» (Santa Teresa de Jesús)


ENUMERACIÓN.- Es reseñar la totalidad de elementos que aparecen en un conjunto (una habitación, p.e.). Es un procedimiento lógico de carácter descriptivo:

«El cuarto [...] Contenía una mesa de pino, un derrengado sillón de vaqueta y tres sillas desvencijadas; un crucifijo con un ramo de laurel seco, dos estampas de la Pasión y un rosario de Jerusalén, en las paredes; un tintero de cuerno con pluma de ave, un viejo breviario muy recosido, una carpetilla de badana negra, un calendario y una palmatoria de hoja de lata, encima de la mesa; y, por último, un paraguas de mahón azul con corva empuñadura de asta, en uno de los rincones más oscuros.» (José María de Pereda)ç


GRADACIÓN.- Designa una sucesión de palabras o grupos de palabras, cada uno de cuyos elementos supone una amplificación o precisión semántica con respecto al inmediatamente anterior. Puede ser ascendente o descendente:

«goza cuello, cabello, labio y frente,
antes que lo que fue en tu edad dorada
oro, lilio, clavel, cristal luciente,
no sólo en plata o vïola troncada
se vuelva, mas tú y ello juntamente
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.» (Luis de Góngora)


1.4 Figuras oblicuas

PERÍFRASIS o CIRCUNLOCUCIÓN.- Se evita nombrar a una persona o cosa directamente, aludiendo a ella mediante un rodeo de palabras. Tenemos perífrasis, pues, cuando nos referimos a Cervantes como «el Manco de Lepanto» o a Lope de Vega como «el Fénix de los Ingenios»:

«Era del año la estación florida…» (Luis de Góngora)


RETICENCIA.- Figura que consiste en interrumpir más o menos bruscamente una frase con intención expresiva, dejando al oyente la tarea de completar el sentido; perfecto ejemplo es el diálogo entre Pedro y el policía que lo interroga en Tiempo de silencio:

«- Así que usted… (suposición capciosa y sorprendente).
- No. Yo no… (refutación indignada y sorprendida).
- Pero no querrá usted hacerme creer que… (hipótesis inverosímil y hasta absurda).
- No, pero yo… (reconocimiento consternado).
- Usted sabe perfectamente… (lógica, lógica, lógica).
- Yo no he… (simple negativa a todas luces insuficiente).» (Luis Martín-Santos)


IRONÍA.- Figura que consiste en decir algo de tal manera que se entienda o se continúe de forma distinta a la que las palabras primeras parecen indicar; es decir, se da a entender lo contrario de lo que realmente se está diciendo, normalmente con intención burlesca. Don Fernando Lázaro Carreter, en su Diccionario de términos filológicos (Madrid, Gredos, 1968, 3ª edición, pág. 246) , nos proporciona el siguiente ejemplo: «Así, a las exigencias que el capitán, cuando ha sido preso, pretende imponer a Pedro Crespo, en El alcalde de Zalamea, éste le contesta:

“Está muy puesto en razón.
Con respeto le llevad
a las casas, en efeto
del Concejo; y con respeto
un par de grillos le echad
y una cadena; y tened,
con respeto, gran cuidado,
que no hable a ningún soldado…” (Calderón de la Barca)»


SARCASMO.- Forma extremada de ironía que puede llegar hasta la crueldad, y dirigida a herir al destinatario.

En aqueste enterramiento
humilde, pobre y mezquino,
yace envuelto en oro fino
un hombre rico avariento.
Murió con cien mil dolores,
sin poderlo remediar,
tan sólo por no gastar
ni aun hasta malos humores. (Francisco de Quevedo)

LÍTOTES.- Se produce cuando se presenta lo que se dice en forma de negación atenuadora, negando lo contrario de lo que queremos decir («Eso no está muy bien» = «Eso está mal»):

Dios dé su gloria a Boscán
y a Garcilaso poeta,
que con no pequeño afán

y por estilo galán
sostuvieron esta seta. (Cristóbal de Castillejo)


1.5 Los tropos

Llamamos tropo a las figuras en que una palabra cambia de significado y toma el de otra. Si decimos «sus dientes son como perlas» tenemos un símil, y ni R ni I han cambiado de significación. Pero al decir «las perlas de su boca» identificamos (ya no comparamos) R con I: la palabra que designa la imagen pierde su significado originario y pasa a significar lo mismo que el término real, produciéndose, por tanto, un tropo. Hay tres clases de tropos: la metonimia, la sinécdoque y la metáfora.


METONIMIA.- Se basa en la contigüidad entre el término real y la imagen: al estar juntos, la imagen presta su nombre al término real: es lo que ocurre cuando decimos que el delantero golpeó el cuero con gran potencia (nos referimos al balón nombrando el material de que está hecho), o que el guitarra del grupo *** saltó sobre el público (en realidad nos referimos a la persona que toca la guitarra, que es el instrumento).

SINÉCDOQUE.- Tipo particular de metonimia (y, por tanto, basada también en la contigüidad) que consiste en emplear el nombre del todo por el de una parteLa ciudad le hizo un gran recibimiento») o el nombre de una parte en lugar del nombre del todoPosee más de diez mil cabezas de ganado»). Como afirman Antonio Azaustre y Juan Casas en su Manual de retórica española (Barcelona, Ariel, 1997, pág. 87), con frecuencia «la sinécdoque es incluida en la metonimia, noción teóricamente muy cercana y, en ocasiones, difícil de distinguir de la primera»:

«Si mi coraçón adora
vuestra linda majestad,
mis ojos vieron por qué.» (Alfonso Álvarez de Villasandino)

«Que no le enturbia el pecho
de los soberbios grandes el estado,
ni del dorado techo
se admira, fabricado
del sabio Moro, en jaspe sustentado.» (fray Luis de León)


METÁFORA.- Es el más importante de los tropos y el de mayor presencia en el lenguaje literario. En la metáfora, la imagen se identifica con el término real, mediante un acto mental que los iguala: las perlas de su boca. Tal identificación es posible porque R e I poseen propiedades similares que permite compararlos: toda metáfora se basa en una comparación (los dientes, por su brillo y color, son como perlas), pero llegando más allá, hasta la identificación. Muchas veces, sin embargo, entre R e I no existe una semejanza claramente perceptible, y sólo la descubrimos cuando el escritor la propone: él tiene el privilegio de ver R como si fuera I, y después, de identificar R con I:

«Juan Antonio el de Montilla
rueda muerto la pendiente,
su cuerpo lleno de lirios (I)
y una granada (I) en las sienes.» (Federico García Lorca)

Las heridas de navaja (R) son como lirios morados (I); y un golpe (R), al rodar, ha abierto sus sienes como si fueran una granada roja (I).

Hay muchos tipos de metáfora, según sea su formulación gramatical:

  • R es I.- Se identifican los dos términos:

«La cebolla (R) es escarcha (I)
cerrada y pobre» (Miguel Hernández)

  • I de R.- Llamada «de genitivo apuesto»:

«¿En dónde canta el ave (I)
de la esperanza (R) mía? (Ramón Mª del Valle-Inclán)

  • R : I.- Llamada «metáfora aposicional»:

«Golondrinas (R): breves noches (I)
con almas de auroras
transparentes.» (Juan Ramón Jiménez)

  • R: i, i, i, i… .- Es la «metáfora impresionista»; las imágenes -dos o más- van apuestas al término real, al cual describen identificándolo en trazos a modo de pinceladas semejantes a las que emplearon los pintores impresionistas:

«El Casino Español (R) -floripondios (i), doradas lámparas (i), rimbombantes molduras (i)- estallaba rubicundo y bronco.» (Ramón Mª del Valle-Inclán)

  • I.- Sólo aparece la imagen, que ocupa el lugar del término real, que desaparece. Es la «metáfora pura». En el ejemplo, luna de pergamino (I) es la metáfora que sustituye al término real al que se refiere, la pandereta que va tocando la gitanilla Preciosa:

«Su luna de pergamino (I)
Preciosa tocando viene.» (Federico García Lorca)

En todos estos ejemplos de metáfora, el término real y la imagen son sustantivos. Sin embargo, muchas veces la metáfora consiste en un adjetivo que sustituye a otro adjetivo (y así, Valle-Inclán habla de «manos eucarísticas» en lugar de «manos blancas», donde eucarísticas es la imagen), o en un verbo que sustituye a otro verbo («Los arados peinan las tierras», escribirá Góngora, en sustitución de «aran, abren surcos paralelos»).

Hay otras posibilidades más complejas, así como metáforas antropomórficas, que identifican las cosas con seres humanos («la tierra se estremece alborozada», escribe Bécquer), y que son, por consiguiente, una forma de prosopopeya.


SÍMBOLO.- Se trata de una realidad perceptible por los sentidos que se adopta para representar otra realidad de carácter espiritual o abstracto. Así, la balanza es símbolo de (o simboliza a) la Justicia. Los escritores suelen crear sus propios símbolos. Unamuno, por ejemplo, representa la angustia que siente en la figura de un buitre que le corroe el alma:

«Este buitre feroz de ceño torvo
que me devora las entrañas fiero
y es mi único y constante compañero,
labra mis penas con su pico corvo.» (Miguel de Unamuno)


ALEGORÍA.- Definida también como «una metáfora continuada», la alegoría escribe acciones o hechos imaginarios, pero que se corresponden con hechos reales. Así, Lope de Vega se dirige a un rival con quien su amada Elena Osorio se había ido, fingiendo alegóricamente que es un pastor que reclama a un mayoral que le devuelva su manso o cordero preferido:

«Suelta mi manso, mayoral extraño,
pues otro tienes de tu igual decoro;
deja la prenda que en el alma adoro,
perdida por tu bien y por mi daño.» (Félix Lope de Vega)

Hay también alegoría cuando intervienen «personajes alegóricos» que encarnan ideas o cualidades abstractas (la Providencia, el Género Humano, la Virtud, el Pecado…), como suele ocurrir en los autos sacramentales, p.e.


ANTONOMASIA.- Sustitución de un nombre propio por un nombre común o, en general, un apelativo que designa una cualidad especialmente característica del sujeto en cuestión.

«¿Y dejas, Pastor santo,
tu grey en este valle hondo, oscuro,
en soledad y llanto;
y tú, rompiendo el puro
aire, te vas al inmortal seguro?» (fray Luis de León)

El «Pastor santo» por antonomasia es Cristo.


SINESTESIA.- Se produce cuando se unen dos sensaciones procedentes de diferentes dominios sensoriales:

«Bajo la sensación del cloroformo
me hacen temblar con alarido interno,
la luz de acuario de un jardín moderno
y el amarillo olor del yodoformo.» (Ramón Mª del Valle-Inclán)


2. FIGURAS DE LENGUAJE

2.1 Figuras de metaplasmo

Estos recursos constituyen licencias que permiten el uso de formas léxicas consideradas como incorrectas en la lengua ordinaria. Algunos son considerados también licencias métricas.


PRÓTESIS.- Adición de uno o más fonemas al comienzo de una palabra:

«así el ausencia larga, que ha esparcido
en abundancia su licor que amata
el fuego que’l amor tenía encendido» (Garcilaso de la Vega)


EPÉNTESIS.- Adición de uno o más fonemas en medio de una palabra:

«Y si es mentira, también lo debe ser que no hubo [...] el rey Artús de Ingalaterra, que anda hasta ahora convertido en cuervo…» (Miguel de Cervantes)


PARAGOGE.- Adición de uno o más fonemas al final de una palabra:

«Ni en este monte, este aire, ni este río
corre fiera, vuela ave, pece nada,
de quien con atención no sea escuchada
la triste voz del triste llanto mío…» (Luis de Góngora)


AFÉRESIS.- Supresión de uno o más fonemas al comienzo de una palabra:

«No os espantéis, señora Notomía,
que me atreva este día,
con exprimida voz convaleciente,
a cantar vuestras partes a la gente…» (Francisco de Quevedo)


SÍNCOPA.- Supresión de uno o más fonemas en medio de una palabra:

«De su beldad no quiero yo decirte
más de que me parece que debrías
pedirle sin del todo a él rendirte…» (Francisco de Quevedo)


APÓCOPE.- Supresión de uno o más fonemas al final de una palabra:

«Gozo hayas, María, que el ángel credist;
gozo hayas, María, que virgo concebist;
gozo hayas, María, que a Cristo parist,
la Ley vieja cerresti e la Nueva abrist.» (Gonzalo de Berceo)


METÁTESIS.- Cambio en el orden de los fonemas de una palabra:

«Miraldas y veréis de cuántas vidas
su hermosura siempre va triunfando…» (Jorge de Montemayor)

DIÉRESIS, SINÉRESIS, SINALEFA.- Vid. apuntes de Métrica correspondientes.


2.2 Figuras por adición de palabras

ACUMULACIÓN.- Procedimiento clásico de amplificatio, consiste en la «seriación de términos o sintagmas de naturaleza similar e idéntica función» (Angelo Marchese y Joaquín Forradellas, Diccionario de retórica, crítica y terminología literaria, Barcelona, Ariel, 1986, pág. 17):

«Durante el tiempo que los hombres fueron castos, mansos, amorosos, piadosos, sufridos, celosos, verdaderos y honestos, moró la Justicia acá en la tierra con ellos, mas después que se tornaron adúlteros, crueles, superbos, impacientes, mentirosos y blasfemos, acordó dejarlos.» (fray Antonio de Guevara)


PLEONASMO o REDUNDANCIA.- Se trata de una repetición o reiteración que, estilísticamente, puede servir para subrayar una expresión o evitar la distorsión o la pérdida de información durante la comunicación:

«yo lo he visto con estos ojos que se ha de comer la tierra» (Camilo José Cela)


SINONIMIA.- Consiste en colocar, una tras otra, diversas palabras o expresiones de parecido significado con alguna matización:

«padre y hombre,
marido y hombre, ferroviario y hombre,
padre y más hombre, Pedro y sus dos muertes.» (César Vallejo)


EPÍTETO.- Es un tipo especial de adjetivo calificativo que destaca una cualidad contenida implícitamente en el sustantivo al que acompaña:

«La dulce boca que a gustar convida» (Luis de Góngora)


2.3 Figuras por omisión de palabras

ELIPSIS.- Es la supresión de algún o algunos elementos necesarios de una frase:

«Por una mirada, un mundo;
por una sonrisa, un cielo;
por un beso…, ¡yo no sé
qué te diera por un beso!» (Gustavo Adolfo Bécquer)


ASÍNDETON.- Es la eliminación de los lazos formales (p.e., las conjunciones) entre dos o más palabras o proposiciones:

«Llamas, dolores, guerras,
muertes, asolamientos, fieros males
entre tus brazos cierras,
trabajos inmortales
a ti y a tus vasallos naturales.» (fray Luis de León)


ZEUGMA.- Consiste en «expresar una sola vez un vocablo en un discurso que lo requiere en más ocasiones, de manera que, tras su primera aparición, el término debe ser sobreentendido.» (Antonio Azaustre y Juan Casas, Manual de retórica española, Barcelona, Ariel, 1997, pág. 107):

«Como de la aparencia a la existencia, como de lo vivo a lo pintado, como de la sombra a lo real, tanta diferencia hay del fuego que dizes al que quema.» (Fernando de Rojas)


2.4 Figuras por repetición de palabras

ANÁFORA.- Es la repetición de una o más palabras al principio de versos o enunciados sucesivos, subrayando enfáticamente el elemento iterado:

«Mientras haya unos ojos que reflejen los ojos que los miran;
mientras responda el labio suspirando al labio que suspira;
mientras sentirse puedan en un beso dos almas confundidas;
mientras exista una mujer hermosa, ¡habrá poesía!» (Gustavo Adolfo Bécquer)


EPÍFORA.- Repetición de una o más palabras al final de versos o enunciados consecutivos:

«Me están doliendo extraordinariamente los insectos,
porque no hay duda, estoy desconfiando de los insectos,
de tantas advertencias, de tantas patas, cabezas y esos ojos,
oh, sobre todo, esos ojos,
que no me permiten vigilar el espanto de las noches,
la terrible sequedad de las noches, cuando zumban los insectos,
de las noches de los insectos…» (Dámaso Alonso)


REDUPLICACIÓN.- Es la repetición inmediata de una palabra:

«Abenámar, Abenámar,
moro de la morería,
el día que tú naciste
grandes señales había.» («Romance de Abenámar»)


ANADIPLOSIS o CONCATENACIÓN.- Es la repetición de una misma palabra al final de una frase o verso y al principio de la frase o verso siguiente:

«Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.» (Antonio Machado)


EPANADIPLOSIS.- Consiste en empezar y terminar un verso con la misma palabra (o bien, en dos frases o versos consecutivos):

«Crece su furia y la tormenta crece» (Juan de Arguijo)

«Tejidos sois de primavera, amantes,
de tierra y agua y viento y sol tejidos.» (Antonio Machado)


POLISÍNDETON.- Es un uso expresivo y repetido de las conjunciones:

«ven, que quiero matar o amar o morir o darte todo» (Vicente Aleixandre)


PARALELISMO.- Es la repetición de una misma construcción sintáctica, con sólo algunas palabras combinadas:

«Los suspiros son aire y van al aire,
las lágrimas son agua y van al mar.» (Gustavo Adolfo Bécquer)


RIMA.- La rima en el verso también supone una figura por repetición (vid. los apuntes de Métrica).


2.5 Figuras por combinación de palabras

ANAGRAMA.- Transposición de los fonemas o las letras de una palabra o enunciado para construir otros de distinto significado:

Ars amandi / Ars Adami / Ars da mani (Guillermo Cabrera Infante)

Se emplea muchas veces para formar seudónimos:

Gabriel Padecopeo = Lope de Vega Carpio.


QUIASMO.- Consiste en una disposición en cruz de los elementos que constituyen dos sintagmas o dos proposiciones ligadas entre sí:

«Cuando pitos, flautas,
cuando flautas, pitos.» (Luis de Góngora)

«Los caballos negros son.
Las herraduras son negras.» (Federico García Lorca)


ALITERACIÓN.- Reiteración de sonidos semejantes con una frecuencia perceptible e intencionalidad significativa que persigue evocar en el lector un determinado efecto sonoro; en el ejemplo, la repetición del fonema /s/ busca evocar para el lector el zumbido de las abejas:

«En el silencio sólo se escuchaba
un susurro de abejas que sonaba.» (Garcilaso de la Vega)


ONOMATOPEYA.- Es la imitación lingüística de sonidos reales (de la naturaleza, de máquinas, etc.): tic-tac, miau, kikirikí, guau, ¡riiiiing!…:

«En la tristeza del hogar golpea
el tictac del reloj. Todos callamos.» (Antonio Machado)


PARONOMASIA.- Figura que se produce al colocar próximas en el texto dos palabras fónicamente parecidas:

«Tálamo es mudo, túmulo canoro» (Luis de Góngora)


POLIPOTE o POLIPTOTON.- Es el empleo de una misma palabra (normalmente, un sustantivo o un verbo) en un enunciado breve en distintas funciones o formas:

«¡Oh niñas, niño amor, niños antojos!» (Félix Lope de Vega)


HIPÉRBATON.- Supone una alteración del orden lógico de la frase. En general, consiste en separar los elementos que constituyen un sintagma, intercalando otros que determinan así una estructura irregular de la frase. El hipérbaton suele considerarse, más que una figura, una categoría que abarca todas las posibilidades de ruptura del orden sintáctico habitual; otros autores, sin embargo, distinguen distintas variedades: Hipérbaton, Anástrofe, Tmesis y Synchysis (o Mixtura Verborum). Nosotros optamos por considerarla una figura en sentido amplio.

«Estas que me dictó rimas sonoras
culta sí, aunque bucólica, Talía…» (Luis de Góngora)

El orden lógico sería: «Estas rimas sonoras que me dictó…»


TMESIS.- Considerada por algunos autores como una variante del hipérbaton, consiste en la ruptura de una palabra mediante la inserción en su interior de elementos ajenos a ella. En el ejemplo, se separa la palabra jerigonza con la inclusión de un verbo:

«Quien quisiere ser culto en solo un día,
la jeri (aprenderá) gonza siguiente…» (Francisco de Quevedo)


DILOGÍA.- Es el uso de una palabra o expresión en dos sentidos distintos dentro de un mismo enunciado:

«Cruzados hacen cruzados,
escudos pintan escudos,
y tahúres muy desnudos
con dados ganan condados;
ducados dejan ducados,
y coronas majestad…» (Luis de Góngora)


CALAMBUR.- Juego de palabras que se produce cuando un reagrupamiento y redistribución de una o más palabras producen un sentido distinto (la popular adivinanza «oro parece, plata no es» sería un ejemplo perfecto):

«Dore mi sol así las olas y la
espuma que en tu cuerpo canta, canta
-más por tus senos que por tu garganta-
do re mi sol la si la sol la si la.» (Ángel González)


Figuras retóricas

La retórica nació en la Antigüedad como ciencia del discurso oratorio vinculada a los foros públicos de la democracia griega, pero pasó ya en el siglo I de nuestra era a designar la ciencia del ornato verbal de cualquier creación literaria.

Las figuras retóricas se consideraban manipulaciones en la forma del lenguaje mediante las cuales se añadía algo (adiectio), se quitaba (detractio), se cambiaba el orden de las palabras (transmutatio) o se sustituía una palabra o su significado (inmutatio) con el fin de embellecer ese lenguaje, adornarlo. Esa era la concepción que tenían de ellas los clásicos y es la misma que tenemos nosotros hoy en día.

Aunque se trata de procedimientos o recursos expresivos que aparecen en la lengua literaria, no debemos olvidar que también se utilizan en la comunicación habitual. Nuestro lenguaje está repleto de figuras retóricas aunque apenas reparemos en ello.




domingo, 22 de febrero de 2009

Las reglas del juego que propone Umberto Eco

Umberto Eco
Nació en Alessandria, Piamonte; el 5 de enero de 1932, es un escritor y filósofo italiano, experto en erotica.

Se doctoró en filosofía y Letras en la Universidad de Turín en 1954 con un trabajo que publico dos años más tarde con el título de El problema estético en Santo Tomás de Aquino.

distinguido crítico literario, semiólogo y comunicólogo, Umberto Eco empezó a publicar sus obras narrativas en edad madura(aunque en conferencias recientes cuenta de sus experimentos juveniles, los que incluyen en la edición artesanal de un cómic en la adolescencia). hasta el momento ha publicado cinco novelas.

Manipulación de contenido
La base se da porque no existe texto sin contenido ideológico, y a su ves no existe lector sin interpretación ideológica.

cada autor escribe según la intención y esa intención consiente o inconscientemente va a dirigir al autor en una dirección y esa dirección la podemos definir como manipulación .
La manipulación del contenido se logra por medio de juegos psicológicos, entre el emisor y receptor dando como resultado la postura ideológica del emisor, pretende convencer al público al cual se dirige, el cual debe ser elocuente, sutil y emotivo captando la atención del público.
Ejemplo

no es lo mismo leer un discurso de Álvaro Colom que es de mano izquierdista, que leer un discurso de Otto Pérez Molina que es de mano derechista, los dos nos transmiten un mensaje diferente y este caso se da la manipulación de contenido.

Ambigüedad
Es la cualidad por la que una oración puede recibir mas de una interpretación semántica .
Esto quiero decir que puede entenderse de varios modos admitir distintas interpretaciones y dar por consiguiente motivo de duda o confusión . ejemplo, no había ningún gato en el carro, en este caso se puede entender de dos formas, de un animal o de una herramienta de trabajo y es precisamente cuando se origina la duda que seria la ambigüedad.

Autoreferrencia
La autorreferrencia es un fenómeno que ocurre en el lenguaje natural o formal consistente en una oración o fórmula referente en forma directa a sí misma, através de algunas oraciones o formulas intermedias, o por medio de algunas codificaciones. en filosofía, también se refiere a la habilidad de un sujeto para hablar o referirse a sí mismo.

Hipericodificación
La codificación de mensajes se realiza de manera expontanea, con la finalidad de no cargar los mensajes. la hipercodificación o codificación multiple se realiza con la finalidad de llegar a diferentes grupos o estratos sociales lo que beneficia al emisor.

El idiolecto estético
para Umberto Eco, esta es una regla muy importante ya que es donde se demuestra el estilo y sobre todo se da a conocer la personalidad del emisor del mensaje. muchas veces cuando ya se conoce el estilo de un autor no es necesario leer mucho para saber de quien se trata.
Recordemos que todo lo que hacemos tiene un propósito, por eso que mejor que hacer las cosas bien para que tengamos un estilo propio y sobre todo positivo.


domingo, 15 de febrero de 2009

COMPLICIDAD Y ACTITUD CRITICA EN LA LITERATURA


COMPLICIDAD LITERARIA

A veces, en las diferentes clases que recibimos en la Escuela de Ciencias de la Comunicación, resulta que se mencionan todo tipo de temas. Algunos, captan totalmente nuestro interés. Otros temas, aunque no nos gusten del todo, por su polémica o por ser contrario a nuestras creencias, ocupan nuestra atención.

Bien, cuestiones contrarias o favorables a nuestro ser, no importa, pero cualquier trabajo que logre sumirnos en él, es decir, que se gane nuestra concentración, crea un factor en común. Este factor en común, nos une, en cierta forma, con el autor. Por lo tanto, existe en este proceso, una "complicidad".

A esto es lo que llamamos: "Complicidad Literaria". Y se entiende sin problema, porque autor y lector, están enfrascados en un mismo camino. Por decirlo de otra manera, en un momento dado y en un asunto particular, ambos comparten un interés. No importa que sea favorable o contrario. La cuestión, es que se ocupan ambos de la misma cuestión.


CRITICA EN LA LITERATURA.

Pues en la crítica debe darse otra relación mutua. Porque no puedo criticar lo que no comprendo. Sólo puedo devolver una opinión, cuando se los pro y los contra de un tema en particular. La buena crítica es imparcial. Sí opino solo cuestiones favorables, ó solo cosas negativas y contrarias, estaría cayendo en una opinión viciada.





Entonces no sería crítica. En la verdadera crítica, voy a exponer, con verdaderos argumentos, los análisis objetivos (tanto como se pueda), sobre cualquier asunto. Realizado de forma fría y sistemática. También es necesario encontrar las diferentes relaciones que guardan los elementos que componen la obra que estoy estudiando.

Todo con tal de obtener la opinión más pura y valedera. Si sustento con logica exacta el punto que estoy tratando, es más fácil que se acepte lo que quiero decir.






viernes, 13 de febrero de 2009

QUE ES UN ESCRITOR MODELO, LECTOR MODELO




EL ESCRITOR MODELO

Hace algún tiempo mi cuñada se apareció por mi casa con un libro. me acerque a revisar, y lo primero que note fue un nombre extraño. Y era Paulo Coelho (es la forma correcta de escribirlo), cuyo titulo era Verónica decide morir. A petición mía me presto el libro.

El principio de la obra, mientras se establecía la situación de los personajes, no dejaba adivinar lo atractiva que se pondría la lectura. Al final me impresiono mucho la historia.

Entendiendo como Escritor Modelo, aquel autor que por su simpatía al escribir, o sea, su estilo, es el que más nos agrada, y más leemos, he escogido a Paulo Coelho como el mio. Lo veo como un artista de la palabra. No es de extrañar que sea entonces al que más leo.

Parece seguir aquella corriente de la "Alquimia", toma como base cosas y situaciónes de personas reales. Esto como su materia prima. Luego escribe, describe, nos lleva de la mano a través de un oceano de ideas, sentimientos, emociones.

A Paulo Coelho se le toma como uno de los mejores representantes del New Age literario. No es para menos. Ganador de un Premio Nobel en Literatura, uno de los escritores más vendido. Ha sido la inspiración para muchos.

EL LECTOR MODELO

Siendo lector modelo aquella persona con cuya obra uno se identifica, mi lector modelo es alguien muy cercano. Es alguien a quien a llegue a entender y comprender. Se trata de mi abuelito. me encantaba su forma de ver la vida y atrapaba en cada frase la realidad de lo que vivía.


El lector modelo es aquel autor o creador de una obra, con cuyo contenido puedo identificarme. Es como si de repente, mi mente entendiera lo que quiso dar a entender. Puedo interpretar su trabajo de la mejor manera, sin problemas. Es exactamente el tipo de interrelación que viví con mi abuelito. Llegué a convertirme en "Lector Modelo" de la obra de su vida.


Es facil estudiar y analizár al lector modelo. Pues se congenia el intelecto de uno y de otro. A tal extremo, que sin la menor dificultad, uno podría predecir el trabajo del otro, con solo ver una parte del contenido de su obra.

¿QUE ES LITERATURA?

¿QUE ES LITERATURA?
Para mi la literatura es el arte de saber escribir y saber hablar, es plasmar con nuestras propias palabras lo que sucede en la realidad.
La literatura practicamente recoge hechos de la realidad y de la fantasía, haciendo una mezcla entre el mundo cotidiano y el mundo ficticio.
La literatura es objetiva y subjetiva al mismo tiempo entrelazando lo tangible con lo intangible.
Literatura es cualquier clase de expresión. pudiendo ser cine, teatro, música, etc.
es cualquier mensaje que sea llevado a la mente del receptor, a través de la palabra.
La literatura combina la ciencia y el arte. siendo la parte científica aquellas ramas que nos dan las normas para expresarnos bien por ejemplo: la lingüística, la semántica, la pragmática, la gramática.
Sin embargo, es un arte también, porque no se puede ignorar que como fenómeno cultural el arte es algo aprendido. el buen gusto se desarrolla y se acepta.

QUE ES LITERATURA


Literatura es una ciencia y un arte. Pero me gustaría enfocarme más en lo bello, lo estetico. Hay aspectos que se pueden aprender. Por ejemplo, un maestro nos enseña de lingüistica, gramatica, Semiotica, o cualquier otra cosa. Pero el estilo, es personal.

A este estilo, no se le puede enseñar a nadie. Solo es parte final de un proceso de desarrollo. Todo lo que leemos, aprendemos, soñamos y sentimos, absolutamente todo forma parte de la forma en que nos expresamos en un documento.

Por lo tanto, hay compañeros que hablan de una mixtura. Algo hibrido entre ciencia y arte. Es justamente lo que decía al principio. Y esto guarda muchas cosas interesantes. Pues la literatura puede desarrollarse a muy distintos niveles, según tantas personas existan.