jueves, 25 de junio de 2009

viernes, 15 de mayo de 2009

RAYUELA: CAPITULO 32


Les pido, por favor, que presten atención al anterior afiche.
¿Que es lo que ven? ¿A caso una expresión inocente? ¿Una sospecha?


Este capitulo de Rayuela, refiere el comportamiento, muy extraño por cierto, de una mujer. Pero no es cualquier mujer. Se trata de alguien con una manera particular de pensar y ver las cosas.

A primera vista, parece alguien muy desorientada. Pero no es el caso. Porque en su mente, esta persona sabe lo que quiere decir. Se despide, sin querer hacerlo, por el dolor. Sabe que se alejará. Sin embargo, interioriza con el pequeño sabiendo que el infante no le comprenderá. No importa, pues de poder comprenderle, no hablaría las cosas que dice.

¿Es complicado? No, nada de eso. Es un reflejo de nosotros mismos. De como somos los humanos. Así entiendo este capitulo. Es lo que me parece la obra de Cortazar. Rayuela, es vivificante. ¡Excelente!

miércoles, 15 de abril de 2009

viernes, 10 de abril de 2009

sábado, 21 de marzo de 2009

Análisis Semiótico de los textos



La semiología es la ciencia que estudia los signos en el seno de la vida social.

Es decir, es la ciencia que se encarga de todos los sistemas de signos que el hombre utiliza para comunicarse socialmente.




Argumento

Es una especie de resumen de lo que sucede en la historia. se trata de un resumen semiótico.
Muchas historias, sobre todo en las de carácter literario, presentan las acciones en desorden.
Para redactar el argumento se ordenan los hechos en función del conflicto planteado. Debe redactarse pensando en tres momentos fundamentales:

· Cómo empieza la historia. Cuál es la situación en la cual se origina el conflicto. En el ejemplo, la historia empieza en que la Rana buscaba su autenticidad en sí misma. Esto abarca los primeros tres párrafos.

· Qué origina el cambio. A partir de la situación inicial se explica cuál es el proceso para que esa situación cambie. En la fábula lo que origina el cambio es el hecho de que la Rana empieza a buscar su autenticidad en la opinión de la gente. Ello abarca lo siguientes dos párrafos y la primera mitad del último.

· Cómo termina. Como consecuencia del proceso antes señalado, se analiza cual es la situación a la que conduce el proceso descrito. En nuestra fábula, la Rana termina perdiendo su autenticidad y la vida. Lo anterior se evidencia al final del último párrafo.

De acuerdo con lo explicado, el argumento en la fábula de Monterroso podría redactarse así.
Una Rana, deseaba ser auténtica y empezó a buscar su autenticidad dentro de sí misma. Sin embargo, por inseguridad, empezó a buscarla en la opinión de la gente. A partir de entonces, solo hacía lo que la gente le pedía. Sin embargo, no alcanzó su objetivo porque fue comida la gente pensaba que parecía pollo.


El Conflicto


El primer paso de este método consiste en la identificación de un conflicto. Se trata de identificar el tema o asunto que mueve toda la historia. Este paso debe tomarse como una hipótesis que será confirmada o desechada en los pasos posteriores. Identificar el conflicto significa localizar el problema que mueve la obra. La identificación del conflicto es siempre tentativa y puede modificarse con el desarrollo mismo del análisis.

En torno a ese conflicto tenemos que plantear todos los pasos siguientes. Cabe aclarar que cada obra puede presentar varios conflictos a la vez, según la lectura que de ella se haga o según la cultura de quien la este realizando. Lo importante para el análisis no es localizar el conflicto correcto sino aplicar todos los pasos del método a partir del conflicto localizado. Por supuesto, la identificación del conflicto funciona como una hipótesis que guía en el análisis. Como en el método científico, es posible que la hipótesis sea incorrecta.

Secuencias


Por medio de las secuencias se trata de encontrar el esqueleto lógico de las acciones enunciadas en el argumento. Con ello se busca hacer una radiografía de los hechos para determinar la perspectiva desde la cual se ubica el texto al narrar la historia de sus personajes. Ello conlleva, de antemano una visión ideológica del tema que se aborda: Una historia cuya situación final significa la resolución del conflicto planteado trae consigo una visión optimista del conflicto mismo. Por el contrario, si la historia conlleva la derrota o afirmación del conflicto, proyecta una visión pesimista.


Oposiciones

Las oposiciones son las isotopías semánticas, se caracterizan porque organizan el significado de un texto a partir de signos que se contraponen entre sí y que forman cadenas de significados. Como afirmábamos desde el principio, el significado de un signo solo puede establecerse a partir del signo opuesto. Pero, a diferencia de las isotopías semiológicas, que se localizan en la profundidad de todas las figuras, las figuras, las oposiciones o isotopías semánticas no necesariamente están desarrolladas en el texto. Mas bien, se construyen a partir del hallazgo de algunos elementos significativos comunes a varías figuras.


Tiempo

Es importante establecer algunos datos temporales para interpretar mejor el mensaje. Por ejemplo, cobra mucho sentido averiguar en qué época del año se sitúa una obra. En un texto eminentemente narrativo, los datos temporales abundan y es preciso desarrollar estrategias particulares para ello.

Pero existen mensajes que carecen de estos datos por Ejemplo las fotos, algunos poemas, mensajes publicitarios, etc. Sin embargo, siempre es posible connotarlos a partir de algunas de las figuras o conjuntos figurativos. Para ello acudimos también a las interferencias pragmáticas.


Espacio

Es importante determinar los espacios presentes en un texto. Estos datos pueden contribuir a interpretar mejor el contenido global del mensaje. Cuando un texto de naturaleza narrativa ofrece datos especiales, ello también adquiere importancia semiótica. Significa que para el autor lo que ocurre en su historia puede pasar en cualquier lugar. Esta estrategia fue utilizada por Augusto Monterroso, quien solía ubicar sus fábulas en lugares imaginarios, para connotar que sus características estaban dirigidas a cualquier región del mundo.

Sin embargo, al igual que con los sujetos y los tiempos, no siempre contamos con información específica acerca de los espacios. Es necesario realizar inferencias pragmáticas a partir de las informaciones que nos aporta la imagen o los textos.


Lo Denotado

Es el significado inmediato que el código asigna a un término en una cultura y en un contexto. Más o menos, podríamos decir que es la primera definición de una palabra que aparece en un diccionario. La denotación se caracteriza por ser producto de una convención fuerte.

En una conversación "normal" cuando emisor y receptor comparten un mensaje, procuran dar a los signos que utilizan el significado normalmente aceptado por su comunidad. Ese significado es el "denotativo". El sentido denotativo no depende de emisor o receptor sino de la convención establecida. Por supuesto, cada persona utiliza los signos de una forma particular; sin embargo, en sus actos comunicativos procura que el uso sea común para su o sus receptores. Por ejemplo, si en una noticia se menciona a Álvaro Colom, se coloca una fotografía natural de esta persona. La fotografía transmite un sentido denotativo del presidente. Por oposición, una caricatura transmite un sentido connotativo, como veremos a continuación.


Lo Connotado

Se establece a partir de la denotación. Es decir, el proceso de connotación se establece cuando se toma al significante al significado junto como el significante de un nuevo significado. Toda denotación produce en la mente de emisor y receptor una serie de connotaciones. Aunque estas últimas no respondan a convenciones fuertes, son producto de los usos mismos que se da a un término o signo.

Por ejemplo, las palabras "barco" el sentido connotativo de transporte marítimo. Pero a la vez connota viaje, libertad, aventura, etc. El asignar a "barco" el sentido connotativo de "viaje" de alguna manera está contenido en su sentido denotativo. Todos los signos poseen denotación y connotación. En una conversación normal el significado que se utiliza es el denotativo. En el ejemplo, podemos utilizar la palabra "barco" en el siguiente contexto: Existen barcos de carga y barcos de pasajeros. Sin embargo, en un mensaje poético, fuera de lo normal, prevalece el sentido connotativo:


Todas las metáforas y demás recursos retóricos se fundamentan en el cambio de registro. El poeta, el artista, otorga a sus signos un sentido connotativo y sustituye el denotativo. Si continuamos con el ejemplo de Álvaro Colom, su caricatura será connotativa porque tendrá elementos exagerados que popularmente se asignan a este personaje: se le pondrá nariz grande y anteojos.

La diferencia entre denotación y connotación se basa en el grado o en el mecanismo de convención que se utilice. La denotación implica siempre un grado alto de convención. La connotación, en cambio, presenta una débil convención. Cuando una connotación adquiere una fuerte convención, deja de serlo y se convierte en denotación.

Por ejemplo, cuando los poetas, en siglos pasados, empezaron a utilizar el signo "corazón", para significar "sentimientos", utilizaban un sentido connotativo del término. Sin embargo, en la medida en que este uso se fue convencionalizando, dejo de ser connotativo. De esa cuenta, actualmente, cuando en una conversación escuchamos Me partió el corazón ver sufrir a la niña, no dudamos en interpretar que, sentimentalmente, la provocó sufrimiento. Jamás pensaríamos que el órgano de la circulación se le dividió en dos pedazos.

La mayoría de denotaciones se establece cuando una connotación se vuelve convencionalmente fuerte. Términos como pie de página, árbol genealógico, patojo, etc. Han pasado a ser denotativos, aunque surgieron de una connotación.


Propuesta Ideológica

En la propuesta ideológica, se define desde qué perspectiva o punto de vista se aborda el conflicto planteado. Esa explicación debe hacerse con objetividad, como resultado de todo el procedimiento metodológico.

La propuesta ideológica surge como consecuencia de las oposiciones encontradas. Todos los pasos anteriores deberán dar como resultado una interpretación objetiva del significado último de la obra analizada.

El procedimiento es sencillo. Consiste en relacionar las oposiciones entre sí. Se trata de redactarlo lógicamente en una oración englobante, y sacar de ella las conclusiones pertinentes.

La autenticidad del individuo se relaciona con eufórico, pasado, espacio interior, vida. El estado de alienación, en cambio, se relaciona con disfórico, presente, colectividad, espacio exterior y muerte. El mensaje podría resumirse así:

La búsqueda de la autenticidad fracasa cuando se hace en la opinión de gente, fueras de la persona y no en la propia interioridad. El buscarlo fuera conduce a la alineación, que trae consigo un estado desfórico y la muerte.

domingo, 15 de marzo de 2009

GUIÓN PARA EL POEMA PIEDRITAS EN MI VENTANA

La primera escena sera la silueta de una joven que esta tomando licor directamente de la botella y fumándose un cigarro.

la segunda escena es cuando la joven entra a una habitación y se tira a una cama, y saca de la almohada una botella de licor y sigue tomando, luego tapa la botella y se agarra el cabello demostrando lo desesperada que se encuentra.

En la tercera escena la joven se encuentra recostada en una pared fumándose un cigarro y luego se acerca un joven que es su amigo y le dice que ya no lo haga, pero a ella le da igual lo que le dice su amigo y sigue fumando.

en la cuarta escena aparece la joven caminando, sin poder controlar sus pasos, ya muy borracha, con la botella en la mano, luego se sienta en una banca y comparte unos tragos con un joven que se encuentra sentado a la par de ella.

En la quinta escena aparece la joven sentada fumándose un cigarro, observando como juegan unos niños, luego camina sin sentido ya que se encuentra atormentada por todo lo que esta viviendo, hasta que al final se da cuenta que no vale la pena seguir así y decide cambiar.

En la sexta escena aparece la joven con otro vestuario y con una actitud positiva. Danza de felicidad y admira las cosas bellas que tiene la naturaleza . Se da cuenta que vale la pena vivir y disfrutar de la vida.

Al final decide abrir la ventana para que entre la felicidad a su vida.


Audio

Utilizaremos música instrumental de fondo.

MARIO BENEDETTI

nació el14 de septiembre de 1920 en paso de los Toros, Uruguay. es un destacado poeta, novelista, dramaturgo, cuentista y crítico.

En la obra de Mario Benedetti pueden diferenciarse, al menos dos periodos marcados por sus circunstancias vitales, así como por los cambios sociales y políticos de Uruguay y el resto de América Latina. En el primero, Benedetti desarrolló una literatura realista de escasa experimentación formal, sobre el tema de la burocracia pública, a la cual él mismo pertenecía, y el espíritu pequeño-burgués que la anima.

En su obra poética, se vieron, igualmente, reflejadas las circunstancias políticas y vivenciales del exilio uruguayo y el regreso a casa: La casa y el ladrillo, 1977; Vientos del exilio, 1982; Geografías, 1984; Las soledades de Babel, 1991. En teatro denunció la institución de la tortura con Pedro y el capitán, 1979, y en el ensayo ha hecho comentarios de literatura contemporánea, en libros como Crítica cómplice, 1988. Reflexionó sobre problemas culturales y políticos en El desexilio y otras conjeturas, 1984, libro que recoge su labor periodística desplegada en Madrid.

POSIBLES POEMAS PARA HACER EL VIDEO

Poemas de: Mario Benedetti


YO NO TE PIDO

Yo no te pido que me bajes
una estrella azul
sólo te pido que mi espacio
llenes con tu luz.

Yo no te pido que me firmes
diez papeles grises para amar
sólo te pido que tú quieras
las palomas que suelo mirar.

De lo pasado no lo voy a negar
el futuro algún día llegará
y del presente
qué le importa a la gente
si es que siempre van a hablar.

Sigue llenando este minuto
de razones para respirar
no me complazcas no te niegues
no hables por hablar.

Yo no te pido que me bajes
una estrella azul
sólo te pido que mi espacio
llenes con tu luz.




PIEDRITAS EN MI VENTANA

De vez en cuando la alegría
tira piedritas contra mi ventana
quiere avisarme que está ahí esperando
pero me siento calmo
casi diría ecuánime
voy a guardar la angustia en un escondite
y luego a tenderme cara al techo
que es una posición gallarda y cómoda
para filtrar noticias y creerlas

quién sabe dónde quedan mis próximas huellas
ni cuándo mi historia va a ser computada
quién sabe qué consejos voy a inventar aún
y qué atajo hallaré para no seguirlos

está bien no jugaré al desahucio
no tatuaré el recuerdo con olvidos
mucho queda por decir y callar
y también quedan uvas para llenar la boca

está bien me doy por persuadido
que la alegría no tire más piedritas
abriré la ventana
abriré la ventana.



HAGAMOS UN TRATO

Compañera
usted sabe
puede contar
conmigo
no hasta dos
o hasta diez
sino contar
conmigo

si alguna vez

advierte
que la miro a los ojos
y una veta de amor
reconoce en los míos
no alerte sus fusiles
ni piense qué delirio

a pesar de la veta

o tal vez porque existe
usted puede contar
conmigo

si otras veces
me encuentra

huraño sin motivo
no piense qué flojera
igual puede contar
conmigo

pero hagamos un trato
yo quisiera contar

con usted


es tan lindo
saber que usted existe
uno se siente vivo
y cuando digo esto
quiero decir contar

aunque sea hasta dos
aunque sea hasta cinco

no ya para que acuda
presurosa en mi auxilio
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo.



AUSENCIA DE DIOS


Digamos que te alejas definitivamente
hacia el pozo de olvido que prefieres,
pero la mejor parte de tu espacio,
en realidad la única constante de tu espacio,
quedará para siempre en mí, doliente,
persuadida, frustrada, silenciosa,
quedará en mí tu corazón inerte y sustancial,
tu corazón de una promesa única
en mí que estoy enteramente solo
sobreviviéndote.

Después de ese dolor redondo y eficaz,
pacientemente agrio, de invencible ternura,
ya no importa que use tu insoportable ausencia
ni que me atreva a preguntar si cabes
como siempre en una palabra.

Lo cierto es que ahora ya no estás en mi noche
desgarradoramente idéntica a las otras
que repetí buscándote, rodeándote.
Hay solamente un eco irremediable
de mi voz como niño, esa que no sabía.

Ahora que miedo inútil, qué vergüenza
no tener oración para morder,
no tener fe para clavar las uñas,
no tener nada más que la noche,
saber que Dios se muere, se resbala,
que Dios retrocede con los brazos cerrados,
con los labios cerrados, con la niebla,
como un campanario atrozmente en ruinas
que desandara siglos de ceniza.

Es tarde. Sin embargo yo daría
todos los juramentos y las lluvias,
las paredes con insultos y mimos,
las ventanas de invierno, el mar a veces,
por no tener tu corazón en mí,
tu corazón inevitable y doloroso
en mí que estoy enteramente solo
sobreviviéndote.



ARCO IRIS


A veces
por supuesto
usted sonríe
y no importa lo linda
o lo fea
lo vieja
o lo joven
lo mucho
o lo poco
que usted realmente
sea

sonríe
cual si fuese
una revelación
y su sonrisa anula
todas las anteriores
caducan al instante
sus rostros como máscaras
sus ojos duros
frágiles
como espejos en óvalo
su boca de morder
su mentón de capricho
sus pómulos fragantes
sus párpados
su miedo

sonríe
y usted nace
asume el mundo
mira
sin mirar
indefensa
desnuda
transparente

y a lo mejor
si la sonrisa viene
de muy
de muy adentro
usted puede llorar
sencillamente
sin desgarrarse
sin deseperarse
sin convocar la muerte
ni sentirse vacía

llorar
sólo llorar

entonces su sonrisa
si todavia existe
se vuelve un arco iris.

poema para la produción del video



Licenciado, le cuento que la semana pasada con mis compañeros le enviamos poemas de otro autor, pero decidimos cambiar ya que leímos varios poemas de Mario Benedetti que nos gustaron mucho y por esa razón decidimos trabajar el siguiente poema.


PIEDRITAS EN MI VENTANA

De vez en cuando la alegría
tira piedritas contra mi ventana
quiere avisarme que está ahí esperando
pero me siento calmo
casi diría ecuánime
voy a guardar la angustia en un escondite
y luego a tenderme cara al techo
que es una posición gallarda y cómoda
para filtrar noticias y creerlas

quién sabe dónde quedan mis próximas huellas
ni cuándo mi historia va a ser computada
quién sabe qué consejos voy a inventar aún
y qué atajo hallaré para no seguirlos

está bien no jugaré al desahucio
no tatuaré el recuerdo con olvidos
mucho queda por decir y callar
y también quedan uvas para llenar la boca

está bien me doy por persuadido
que la alegría no tire más piedritas
abriré la ventana
abriré la ventana.

El poema habla de una persona reprimida que esta triste porque ha sufrido alguna decepción. también
nos dimos cuenta que el poema se divide en dos partes. La primera es cuando se manifiesta el sentimiento de tristeza.


La segunda parte es cuando se da cuenta que no puede vivir así, y es cuando decide dejar entrar la alegría en su vida, y esa alegría se representa con las piedritas que deja entrar por fin por su ventana.



En lo personal me gusto mucho este poema ya al final deja un mensaje muy bonito. Nos hace recordar que no tenemos que dejarnos vencer por todas esas cosas negativas que nos pasan, sino salir adelante y tratar de ser felices. Recordemos que la verdadera felicidad no consiste en tener mucho sino en amar y valorar lo que tenemos, y sobre todo disfrutar todas esas cosas que nos hacen realmente felices.



Con mi compañera de grupo Mildred Pinto pensamos grabar el vídeo en distintos ambientes,
algunas escenas las grabaremos en una habitación en donde se encontrara una persona un poco confundida tomando licor debido a la depresión que sufre, luego grabaremos otras imagenes en donde este caminando en un punte de madera. También pensamos grabar otras escenas. Esperamos que el vídeo nos salga como lo tenemos pensado.

lunes, 9 de marzo de 2009

POEMAS PARA HACER EL VIDEO

Autor: Gustavo A. Bécquer
Los poemas que deseamos trabajar son los siguientes.

Perdón

Asomaba a sus ojos una lágrima
y... mi labio una frase de perdón;
habló el orgullo y enjugó un llanto,
y la frase en mi labio expiró.
Yo voy por un camino, ella por otro;
pero al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún: ¿Por qué calle aquel día?.
Y ella dirá: ¿Por qué no lloré yo?.
Es cuestión de palabras, y, no obstante,
ni tu ni yo jamás,
después de lo pasado convendremos
en quién la culpa está
¡Lástima que el amor un diccionario
no tenga donde hallar
cuando el orgullo es simplemente orgullo
y cuando es dignidad!

Amor eterno


Podrá nublarse el sol eternamente;
Podrá secarse en un instante el mar;
Podrá romperse el eje de la tierra
Como un débil cristal.
¡todo sucederá! Podrá la muerte
Cubrirme con su fúnebre crespón;
Pero jamás en mí podrá apagarse
La llama de tu amor.

Al brillar un relámpago nacemos...

Al brillar un relámpago nacemos
y aún dura su fulgor cuando morimos;
tan corto es el vivir.

La gloria y el amor tras que corremos
sombras de un sueño son que perseguimos:
¡Despertar es morir!

Asomaba a sus ojos una lágrima...

Asomaba a sus ojos una lágrima
y a mis labios una frase de perdón...
habló el orgullo y se enjugó su llanto,
y la frase en mis labios expiró.

Yo voy por un camino, ella por otro;
pero al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo aún: "¿Por que callé aquél día?"
y ella dirá. "¿Por qué no lloré yo?"

Besa el aura que gime blandamente...

Besa el aura que gime blandamente
las leves ondas que jugando riza
el sol besa a la nube de occidente
y de púrpura y oro la matiza.
la llama en derredor del tronco ardiente
por besar a otra llama se desliza.
y hasta el sauce inclinándose a su peso
al río que lo besa, vuelve un beso.

sábado, 28 de febrero de 2009

Figuras Retoricas

Figuras Retóricas o Literarias


A diferencia de la lengua cotidiana, el lenguaje literario obedece a una voluntad de estilo, a una voluntad de forma: el autor aspira a que su obra sea percibida como resultado de un trabajo de creación artística. Todo escritor manipula, en mayor o menor grado, su modo de pensar y la forma en que expone su pensamiento, para que el contenido o la forma, o ambos a la vez, extrañen o choquen al lector, y éste perciba esa voluntad de forma que movía al autor a escribir. El artificio, la manipulación, se da en un grado muy elevado en la poesía; sin embargo, también se producen artificios en la prosa; incluso, aunque no seamos conscientes de ello, nosotros también recurrimos a estos artificios en muchas situaciones del habla familiar o coloquial.

Estas maniobras, manipulaciones o artificios se denominan figuras retóricas o literarias, y las hay de dos clases:

  • Figuras de pensamiento, que consisten en una presentación chocante de las ideas. Pueden ser: descriptivas, patéticas, lógicas, oblicuas y tropos; y
  • Figuras de lenguaje, que se producen por un empleo y disposición singular del lenguaje, de tal modo que, si la expresión cambiara, desaparecería la figura. Pueden ser resultado de la adición, la omisión, la repetición y la combinación de palabras.

1. FIGURAS DE PENSAMIENTO

Figuras descriptivas

PROSOPOGRAFÍA.- Es la descripción de los rasgos físicos de una persona.


ETOPEYA.- Es la descripción de las costumbres y rasgos morales y/o espirituales de una persona: su carácter, valores éticos, gustos, etc.


«Sancho Panza es uno de los más graciosos escuderos que jamás sirvió a caballero andante; tiene a veces unas simplicidades tan agudas, que, el pensar si es simple o agudo causa no pequeño contento; tiene malicias que le condenan por bellaco, y descuidos que le confirman por bobo; duda de todo y créelo todo…» (Miguel de Cervantes)


RETRATO.- Es la descripción global de una persona, tanto en sus rasgos físicos como en sus características morales y/o espirituales:

«Él era un clérigo cerbatana, largo sólo en el talle, una cabeza pequeña, los ojos avecindados en el cogote, que parecía que miraba por cuévanos, tan hundidos y oscuros que era buen sitio el suyo para tiendas de mercaderes; la nariz, de cuerpo de santo, comido el pico, entre Roma y Francia, porque se le había comido de unas búas de resfriado, que aun no fueron de vicio porque cuestan dinero; las barbas descoloridas de miedo de la boca vecina, que de pura hambre parecía que amenazaba a comérselas; los dientes, le faltaban no sé cuántos, y pienso que por holgazanes y vagamundos se los habían desterrado; el gaznate largo como de avestruz, con una nuez tan salida que parecía se iba a buscar de comer forzada de la necesidad; los brazos secos; las manos como un manojo de sarmientos cada una. Mirado de medio abajo parecía tenedor o compás, con dos piernas largas y flacas. Su andar muy espacioso; si se descomponía algo, le sonaban los huesos como tablillas de San Lázaro. La habla hética, la barba grande, que nunca se la cortaba por no gastar, y él decía que era tanto el asco que le daba ver la mano del barbero por su cara, que antes se dejaría matar que tal permitiese. [...] La cama tenía en el suelo, y dormía siempre de un lado por no gastar las sábanas. Al fin, él era archipobre y protomiseria.» (Francisco de Quevedo)


CARICATURA.- Retrato de un personaje en el que, por procedimientos muy diversos, se exageran determinados rasgos (físicos o morales), generalmente con intención satírica o burlesca:

«Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un peje espada muy barbado.» (Francisco de Quevedo)


TOPOGRAFÍA.- Consiste en la descripción de un lugar o paisaje:

«La heroica ciudad dormía la siesta. El viento sur, caliente y perezoso empujaba las nubes blanquecinas que se rasgaban al correr hacia el norte. En las calles no había más ruido que el rumor estridente de los remolinos de polvo, trapos, pajas y papeles, que iban de arroyo en arroyo, de acera en acera, de esquina en esquina, revolando y persiguiéndose, como mariposas que se buscan y huyen y que el aire envuelve en sus pliegues invisibles.» (Leopoldo Alas, Clarín)


PRAGMATOGRAFÍA.- Consiste en la descripción de objetos:

«En la hermosa tela se veían
entretejidas las silvestres diosas
salir de la espesura, y que venían
todas a la ribera presurosas,
en el semblante tristes, y traían
cestillos blancos de purpúreas rosas…» (Garcilaso de la Vega)


CRONOGRAFÍA.- Consiste en la descripción de estaciones, tiempos o épocas pasadas, presentes o futuras:

«Que por mayo era, por mayo,
cuando hace la calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor,
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor…» («Romance del prisionero»)


PROSOPOPEYA o PERSONIFICACIÓN.- Se produce cuando el escritor atribuye cualidades específicamente humanas a cosas, animales e, incluso, a seres abstractos personificados (la Razón, el Amor, la Muerte…):

«Folgaba el Rey Rodrigo
con la hermosa Cava en la ribera
del Tajo, sin testigo;
el río sacó fuera
el pecho, y le habló desta manera:
“En mal punto te goces,
injusto forzador; que ya el sonido
oyo, ya y las voces,
las armas y el bramido
de Marte, de furor y ardor ceñido…» (fray Luis de León)


1.2 Figuras patéticas

EXCLAMACIÓN.- Forma típicamente emotiva del lenguaje con la que se expresan los más diversos sentimientos, con un cierto énfasis subrayado por la entonación y marcado formalmente por los signos diacríticos de la exclamación (¡…!):

«¡Avisad a los jazmines
con su blancura pequeña!
¡Que no quiero verla!» (Federico García Lorca)


INTERROGACIÓN RETÓRICA.- Se trata de una pregunta que no presupone una falta real de información, sino que implica enfáticamente al interlocutor en una afirmación o una negación ya implícita en la pregunta:

«¿No es verdad, ángel de amor,
que en esta apartada orilla
más clara la luna brilla
y se respira mejor?» (José de Zorrilla)

El interlocutor se ve empujado a dar una respuesta afirmativa.

En otras ocasiones, la respuesta es imposible, bien porque la pregunta se dirige a alguien ausente o muerto, bien porque se dirige a objetos o animales que, lógicamente, no pueden responder; es el caso de la «Égloga I» de Garcilaso de la Vega, cuando el pastor Nemoroso se dirige a su amada Elisa, que ha dejado fallecido:

«¿Quién me dijera, Elisa, vida mía,
cuando en aqueste valle al fresco viento
andábamos cogiendo tiernas flores,
que había de ver con largo apartamiento
venir el triste y solitario día
que diese amargo fin a mis amores?» (Garcilaso de la Vega)


APÓSTROFE o INVOCACIÓN.- Figura que consiste en dirigir la palabra en tono emocionado a una persona o cosa personificada:

«Para y óyeme, oh sol, yo te saludo.» (José de Espronceda)


OPTACIÓN.- Es la manifestación vehemente de un deseo:

«¡Oh, suene de contino,
Salinas, vuestro son en mis oídos,
por quien al bien divino
despiertan los sentidos
quedando a lo demás adormecidos!» (fray Luis de León)


IMPRECACIÓN.- Con esta figura se manifiesta una fuerte emoción y se expresa desdén, furor, indignación por un acto negativo, y se desea un mal a quien es responsable del hecho:

«Húndete, pues, con tu torva historia de crímenes,
precipítate contra los vengadores fantasmas,
desvanécete, fantasma entre fantasmas,
gélida sombra entre las sombras,
tú, maldición de Dios,
postrer Caín,
el hombre.» (Dámaso Alonso)


EXECRACIÓN.- Figura que consiste en maldecirse a uno mismo (p.e., el popular «¡Maldita sea mi estampa!»).

«-Si eso sabía vuestra merced -replicó Sancho-, ¡mal haya yo y toda mi parentela!, ¿para qué consintió que lo gustase?» (Miguel de Cervantes)


HIPÉRBOLE.- Consiste en el empleo de palabras exageradas para expresar una idea que está más allá de los límites de la verosimilitud:

«Un monte era de miembros eminente
este (que, de Neptuno hijo fiero,
de un ojo ilustra el orbe de su frente,
émulo casi del mayor lucero)
cíclope, a quien el pino más valiente,
bastón, le obedecía, tan ligero,
y al grave peso junco tan delgado,
que un día era bastón y otro cayado.» (Luis de Góngora)


1.3 Figuras lógicas

SÍMIL o COMPARACIÓN.- Consiste en una comparación expresiva, presentada como tal comparación, esto es, que siempre aparece en la figura el nexo comparativo como. El término que se compara es el término real (en adelante, nos referiremos a él sólo como R), y aquél con el que se compara, el término imaginario o imagen (en adelante, nos referiremos a él sólo como I):

«Cruzan lentas, alargadas como culebrillas (I), unas nubecitas rojas (R) » (Camilo José Cela)


ANTÍTESIS.- Es la contraposición de dos palabras o ideas de sentido opuesto:

«Yo velo cuando tú duermes, yo lloro cuando tú cantas.» (Miguel de Cervantes)


OXÍMORON.- Especie de antítesis en la cual se ponen en contacto palabras de sentido opuesto que parecen excluirse mutuamente, pero que en el contexto se convierten en compatibles:

«Vivo sin vivir en mí
y tan alta vida espero
que muero porque no muero.» (Santa Teresa de Jesús)


ENUMERACIÓN.- Es reseñar la totalidad de elementos que aparecen en un conjunto (una habitación, p.e.). Es un procedimiento lógico de carácter descriptivo:

«El cuarto [...] Contenía una mesa de pino, un derrengado sillón de vaqueta y tres sillas desvencijadas; un crucifijo con un ramo de laurel seco, dos estampas de la Pasión y un rosario de Jerusalén, en las paredes; un tintero de cuerno con pluma de ave, un viejo breviario muy recosido, una carpetilla de badana negra, un calendario y una palmatoria de hoja de lata, encima de la mesa; y, por último, un paraguas de mahón azul con corva empuñadura de asta, en uno de los rincones más oscuros.» (José María de Pereda)ç


GRADACIÓN.- Designa una sucesión de palabras o grupos de palabras, cada uno de cuyos elementos supone una amplificación o precisión semántica con respecto al inmediatamente anterior. Puede ser ascendente o descendente:

«goza cuello, cabello, labio y frente,
antes que lo que fue en tu edad dorada
oro, lilio, clavel, cristal luciente,
no sólo en plata o vïola troncada
se vuelva, mas tú y ello juntamente
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.» (Luis de Góngora)


1.4 Figuras oblicuas

PERÍFRASIS o CIRCUNLOCUCIÓN.- Se evita nombrar a una persona o cosa directamente, aludiendo a ella mediante un rodeo de palabras. Tenemos perífrasis, pues, cuando nos referimos a Cervantes como «el Manco de Lepanto» o a Lope de Vega como «el Fénix de los Ingenios»:

«Era del año la estación florida…» (Luis de Góngora)


RETICENCIA.- Figura que consiste en interrumpir más o menos bruscamente una frase con intención expresiva, dejando al oyente la tarea de completar el sentido; perfecto ejemplo es el diálogo entre Pedro y el policía que lo interroga en Tiempo de silencio:

«- Así que usted… (suposición capciosa y sorprendente).
- No. Yo no… (refutación indignada y sorprendida).
- Pero no querrá usted hacerme creer que… (hipótesis inverosímil y hasta absurda).
- No, pero yo… (reconocimiento consternado).
- Usted sabe perfectamente… (lógica, lógica, lógica).
- Yo no he… (simple negativa a todas luces insuficiente).» (Luis Martín-Santos)


IRONÍA.- Figura que consiste en decir algo de tal manera que se entienda o se continúe de forma distinta a la que las palabras primeras parecen indicar; es decir, se da a entender lo contrario de lo que realmente se está diciendo, normalmente con intención burlesca. Don Fernando Lázaro Carreter, en su Diccionario de términos filológicos (Madrid, Gredos, 1968, 3ª edición, pág. 246) , nos proporciona el siguiente ejemplo: «Así, a las exigencias que el capitán, cuando ha sido preso, pretende imponer a Pedro Crespo, en El alcalde de Zalamea, éste le contesta:

“Está muy puesto en razón.
Con respeto le llevad
a las casas, en efeto
del Concejo; y con respeto
un par de grillos le echad
y una cadena; y tened,
con respeto, gran cuidado,
que no hable a ningún soldado…” (Calderón de la Barca)»


SARCASMO.- Forma extremada de ironía que puede llegar hasta la crueldad, y dirigida a herir al destinatario.

En aqueste enterramiento
humilde, pobre y mezquino,
yace envuelto en oro fino
un hombre rico avariento.
Murió con cien mil dolores,
sin poderlo remediar,
tan sólo por no gastar
ni aun hasta malos humores. (Francisco de Quevedo)

LÍTOTES.- Se produce cuando se presenta lo que se dice en forma de negación atenuadora, negando lo contrario de lo que queremos decir («Eso no está muy bien» = «Eso está mal»):

Dios dé su gloria a Boscán
y a Garcilaso poeta,
que con no pequeño afán

y por estilo galán
sostuvieron esta seta. (Cristóbal de Castillejo)


1.5 Los tropos

Llamamos tropo a las figuras en que una palabra cambia de significado y toma el de otra. Si decimos «sus dientes son como perlas» tenemos un símil, y ni R ni I han cambiado de significación. Pero al decir «las perlas de su boca» identificamos (ya no comparamos) R con I: la palabra que designa la imagen pierde su significado originario y pasa a significar lo mismo que el término real, produciéndose, por tanto, un tropo. Hay tres clases de tropos: la metonimia, la sinécdoque y la metáfora.


METONIMIA.- Se basa en la contigüidad entre el término real y la imagen: al estar juntos, la imagen presta su nombre al término real: es lo que ocurre cuando decimos que el delantero golpeó el cuero con gran potencia (nos referimos al balón nombrando el material de que está hecho), o que el guitarra del grupo *** saltó sobre el público (en realidad nos referimos a la persona que toca la guitarra, que es el instrumento).

SINÉCDOQUE.- Tipo particular de metonimia (y, por tanto, basada también en la contigüidad) que consiste en emplear el nombre del todo por el de una parteLa ciudad le hizo un gran recibimiento») o el nombre de una parte en lugar del nombre del todoPosee más de diez mil cabezas de ganado»). Como afirman Antonio Azaustre y Juan Casas en su Manual de retórica española (Barcelona, Ariel, 1997, pág. 87), con frecuencia «la sinécdoque es incluida en la metonimia, noción teóricamente muy cercana y, en ocasiones, difícil de distinguir de la primera»:

«Si mi coraçón adora
vuestra linda majestad,
mis ojos vieron por qué.» (Alfonso Álvarez de Villasandino)

«Que no le enturbia el pecho
de los soberbios grandes el estado,
ni del dorado techo
se admira, fabricado
del sabio Moro, en jaspe sustentado.» (fray Luis de León)


METÁFORA.- Es el más importante de los tropos y el de mayor presencia en el lenguaje literario. En la metáfora, la imagen se identifica con el término real, mediante un acto mental que los iguala: las perlas de su boca. Tal identificación es posible porque R e I poseen propiedades similares que permite compararlos: toda metáfora se basa en una comparación (los dientes, por su brillo y color, son como perlas), pero llegando más allá, hasta la identificación. Muchas veces, sin embargo, entre R e I no existe una semejanza claramente perceptible, y sólo la descubrimos cuando el escritor la propone: él tiene el privilegio de ver R como si fuera I, y después, de identificar R con I:

«Juan Antonio el de Montilla
rueda muerto la pendiente,
su cuerpo lleno de lirios (I)
y una granada (I) en las sienes.» (Federico García Lorca)

Las heridas de navaja (R) son como lirios morados (I); y un golpe (R), al rodar, ha abierto sus sienes como si fueran una granada roja (I).

Hay muchos tipos de metáfora, según sea su formulación gramatical:

  • R es I.- Se identifican los dos términos:

«La cebolla (R) es escarcha (I)
cerrada y pobre» (Miguel Hernández)

  • I de R.- Llamada «de genitivo apuesto»:

«¿En dónde canta el ave (I)
de la esperanza (R) mía? (Ramón Mª del Valle-Inclán)

  • R : I.- Llamada «metáfora aposicional»:

«Golondrinas (R): breves noches (I)
con almas de auroras
transparentes.» (Juan Ramón Jiménez)

  • R: i, i, i, i… .- Es la «metáfora impresionista»; las imágenes -dos o más- van apuestas al término real, al cual describen identificándolo en trazos a modo de pinceladas semejantes a las que emplearon los pintores impresionistas:

«El Casino Español (R) -floripondios (i), doradas lámparas (i), rimbombantes molduras (i)- estallaba rubicundo y bronco.» (Ramón Mª del Valle-Inclán)

  • I.- Sólo aparece la imagen, que ocupa el lugar del término real, que desaparece. Es la «metáfora pura». En el ejemplo, luna de pergamino (I) es la metáfora que sustituye al término real al que se refiere, la pandereta que va tocando la gitanilla Preciosa:

«Su luna de pergamino (I)
Preciosa tocando viene.» (Federico García Lorca)

En todos estos ejemplos de metáfora, el término real y la imagen son sustantivos. Sin embargo, muchas veces la metáfora consiste en un adjetivo que sustituye a otro adjetivo (y así, Valle-Inclán habla de «manos eucarísticas» en lugar de «manos blancas», donde eucarísticas es la imagen), o en un verbo que sustituye a otro verbo («Los arados peinan las tierras», escribirá Góngora, en sustitución de «aran, abren surcos paralelos»).

Hay otras posibilidades más complejas, así como metáforas antropomórficas, que identifican las cosas con seres humanos («la tierra se estremece alborozada», escribe Bécquer), y que son, por consiguiente, una forma de prosopopeya.


SÍMBOLO.- Se trata de una realidad perceptible por los sentidos que se adopta para representar otra realidad de carácter espiritual o abstracto. Así, la balanza es símbolo de (o simboliza a) la Justicia. Los escritores suelen crear sus propios símbolos. Unamuno, por ejemplo, representa la angustia que siente en la figura de un buitre que le corroe el alma:

«Este buitre feroz de ceño torvo
que me devora las entrañas fiero
y es mi único y constante compañero,
labra mis penas con su pico corvo.» (Miguel de Unamuno)


ALEGORÍA.- Definida también como «una metáfora continuada», la alegoría escribe acciones o hechos imaginarios, pero que se corresponden con hechos reales. Así, Lope de Vega se dirige a un rival con quien su amada Elena Osorio se había ido, fingiendo alegóricamente que es un pastor que reclama a un mayoral que le devuelva su manso o cordero preferido:

«Suelta mi manso, mayoral extraño,
pues otro tienes de tu igual decoro;
deja la prenda que en el alma adoro,
perdida por tu bien y por mi daño.» (Félix Lope de Vega)

Hay también alegoría cuando intervienen «personajes alegóricos» que encarnan ideas o cualidades abstractas (la Providencia, el Género Humano, la Virtud, el Pecado…), como suele ocurrir en los autos sacramentales, p.e.


ANTONOMASIA.- Sustitución de un nombre propio por un nombre común o, en general, un apelativo que designa una cualidad especialmente característica del sujeto en cuestión.

«¿Y dejas, Pastor santo,
tu grey en este valle hondo, oscuro,
en soledad y llanto;
y tú, rompiendo el puro
aire, te vas al inmortal seguro?» (fray Luis de León)

El «Pastor santo» por antonomasia es Cristo.


SINESTESIA.- Se produce cuando se unen dos sensaciones procedentes de diferentes dominios sensoriales:

«Bajo la sensación del cloroformo
me hacen temblar con alarido interno,
la luz de acuario de un jardín moderno
y el amarillo olor del yodoformo.» (Ramón Mª del Valle-Inclán)


2. FIGURAS DE LENGUAJE

2.1 Figuras de metaplasmo

Estos recursos constituyen licencias que permiten el uso de formas léxicas consideradas como incorrectas en la lengua ordinaria. Algunos son considerados también licencias métricas.


PRÓTESIS.- Adición de uno o más fonemas al comienzo de una palabra:

«así el ausencia larga, que ha esparcido
en abundancia su licor que amata
el fuego que’l amor tenía encendido» (Garcilaso de la Vega)


EPÉNTESIS.- Adición de uno o más fonemas en medio de una palabra:

«Y si es mentira, también lo debe ser que no hubo [...] el rey Artús de Ingalaterra, que anda hasta ahora convertido en cuervo…» (Miguel de Cervantes)


PARAGOGE.- Adición de uno o más fonemas al final de una palabra:

«Ni en este monte, este aire, ni este río
corre fiera, vuela ave, pece nada,
de quien con atención no sea escuchada
la triste voz del triste llanto mío…» (Luis de Góngora)


AFÉRESIS.- Supresión de uno o más fonemas al comienzo de una palabra:

«No os espantéis, señora Notomía,
que me atreva este día,
con exprimida voz convaleciente,
a cantar vuestras partes a la gente…» (Francisco de Quevedo)


SÍNCOPA.- Supresión de uno o más fonemas en medio de una palabra:

«De su beldad no quiero yo decirte
más de que me parece que debrías
pedirle sin del todo a él rendirte…» (Francisco de Quevedo)


APÓCOPE.- Supresión de uno o más fonemas al final de una palabra:

«Gozo hayas, María, que el ángel credist;
gozo hayas, María, que virgo concebist;
gozo hayas, María, que a Cristo parist,
la Ley vieja cerresti e la Nueva abrist.» (Gonzalo de Berceo)


METÁTESIS.- Cambio en el orden de los fonemas de una palabra:

«Miraldas y veréis de cuántas vidas
su hermosura siempre va triunfando…» (Jorge de Montemayor)

DIÉRESIS, SINÉRESIS, SINALEFA.- Vid. apuntes de Métrica correspondientes.


2.2 Figuras por adición de palabras

ACUMULACIÓN.- Procedimiento clásico de amplificatio, consiste en la «seriación de términos o sintagmas de naturaleza similar e idéntica función» (Angelo Marchese y Joaquín Forradellas, Diccionario de retórica, crítica y terminología literaria, Barcelona, Ariel, 1986, pág. 17):

«Durante el tiempo que los hombres fueron castos, mansos, amorosos, piadosos, sufridos, celosos, verdaderos y honestos, moró la Justicia acá en la tierra con ellos, mas después que se tornaron adúlteros, crueles, superbos, impacientes, mentirosos y blasfemos, acordó dejarlos.» (fray Antonio de Guevara)


PLEONASMO o REDUNDANCIA.- Se trata de una repetición o reiteración que, estilísticamente, puede servir para subrayar una expresión o evitar la distorsión o la pérdida de información durante la comunicación:

«yo lo he visto con estos ojos que se ha de comer la tierra» (Camilo José Cela)


SINONIMIA.- Consiste en colocar, una tras otra, diversas palabras o expresiones de parecido significado con alguna matización:

«padre y hombre,
marido y hombre, ferroviario y hombre,
padre y más hombre, Pedro y sus dos muertes.» (César Vallejo)


EPÍTETO.- Es un tipo especial de adjetivo calificativo que destaca una cualidad contenida implícitamente en el sustantivo al que acompaña:

«La dulce boca que a gustar convida» (Luis de Góngora)


2.3 Figuras por omisión de palabras

ELIPSIS.- Es la supresión de algún o algunos elementos necesarios de una frase:

«Por una mirada, un mundo;
por una sonrisa, un cielo;
por un beso…, ¡yo no sé
qué te diera por un beso!» (Gustavo Adolfo Bécquer)


ASÍNDETON.- Es la eliminación de los lazos formales (p.e., las conjunciones) entre dos o más palabras o proposiciones:

«Llamas, dolores, guerras,
muertes, asolamientos, fieros males
entre tus brazos cierras,
trabajos inmortales
a ti y a tus vasallos naturales.» (fray Luis de León)


ZEUGMA.- Consiste en «expresar una sola vez un vocablo en un discurso que lo requiere en más ocasiones, de manera que, tras su primera aparición, el término debe ser sobreentendido.» (Antonio Azaustre y Juan Casas, Manual de retórica española, Barcelona, Ariel, 1997, pág. 107):

«Como de la aparencia a la existencia, como de lo vivo a lo pintado, como de la sombra a lo real, tanta diferencia hay del fuego que dizes al que quema.» (Fernando de Rojas)


2.4 Figuras por repetición de palabras

ANÁFORA.- Es la repetición de una o más palabras al principio de versos o enunciados sucesivos, subrayando enfáticamente el elemento iterado:

«Mientras haya unos ojos que reflejen los ojos que los miran;
mientras responda el labio suspirando al labio que suspira;
mientras sentirse puedan en un beso dos almas confundidas;
mientras exista una mujer hermosa, ¡habrá poesía!» (Gustavo Adolfo Bécquer)


EPÍFORA.- Repetición de una o más palabras al final de versos o enunciados consecutivos:

«Me están doliendo extraordinariamente los insectos,
porque no hay duda, estoy desconfiando de los insectos,
de tantas advertencias, de tantas patas, cabezas y esos ojos,
oh, sobre todo, esos ojos,
que no me permiten vigilar el espanto de las noches,
la terrible sequedad de las noches, cuando zumban los insectos,
de las noches de los insectos…» (Dámaso Alonso)


REDUPLICACIÓN.- Es la repetición inmediata de una palabra:

«Abenámar, Abenámar,
moro de la morería,
el día que tú naciste
grandes señales había.» («Romance de Abenámar»)


ANADIPLOSIS o CONCATENACIÓN.- Es la repetición de una misma palabra al final de una frase o verso y al principio de la frase o verso siguiente:

«Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.» (Antonio Machado)


EPANADIPLOSIS.- Consiste en empezar y terminar un verso con la misma palabra (o bien, en dos frases o versos consecutivos):

«Crece su furia y la tormenta crece» (Juan de Arguijo)

«Tejidos sois de primavera, amantes,
de tierra y agua y viento y sol tejidos.» (Antonio Machado)


POLISÍNDETON.- Es un uso expresivo y repetido de las conjunciones:

«ven, que quiero matar o amar o morir o darte todo» (Vicente Aleixandre)


PARALELISMO.- Es la repetición de una misma construcción sintáctica, con sólo algunas palabras combinadas:

«Los suspiros son aire y van al aire,
las lágrimas son agua y van al mar.» (Gustavo Adolfo Bécquer)


RIMA.- La rima en el verso también supone una figura por repetición (vid. los apuntes de Métrica).


2.5 Figuras por combinación de palabras

ANAGRAMA.- Transposición de los fonemas o las letras de una palabra o enunciado para construir otros de distinto significado:

Ars amandi / Ars Adami / Ars da mani (Guillermo Cabrera Infante)

Se emplea muchas veces para formar seudónimos:

Gabriel Padecopeo = Lope de Vega Carpio.


QUIASMO.- Consiste en una disposición en cruz de los elementos que constituyen dos sintagmas o dos proposiciones ligadas entre sí:

«Cuando pitos, flautas,
cuando flautas, pitos.» (Luis de Góngora)

«Los caballos negros son.
Las herraduras son negras.» (Federico García Lorca)


ALITERACIÓN.- Reiteración de sonidos semejantes con una frecuencia perceptible e intencionalidad significativa que persigue evocar en el lector un determinado efecto sonoro; en el ejemplo, la repetición del fonema /s/ busca evocar para el lector el zumbido de las abejas:

«En el silencio sólo se escuchaba
un susurro de abejas que sonaba.» (Garcilaso de la Vega)


ONOMATOPEYA.- Es la imitación lingüística de sonidos reales (de la naturaleza, de máquinas, etc.): tic-tac, miau, kikirikí, guau, ¡riiiiing!…:

«En la tristeza del hogar golpea
el tictac del reloj. Todos callamos.» (Antonio Machado)


PARONOMASIA.- Figura que se produce al colocar próximas en el texto dos palabras fónicamente parecidas:

«Tálamo es mudo, túmulo canoro» (Luis de Góngora)


POLIPOTE o POLIPTOTON.- Es el empleo de una misma palabra (normalmente, un sustantivo o un verbo) en un enunciado breve en distintas funciones o formas:

«¡Oh niñas, niño amor, niños antojos!» (Félix Lope de Vega)


HIPÉRBATON.- Supone una alteración del orden lógico de la frase. En general, consiste en separar los elementos que constituyen un sintagma, intercalando otros que determinan así una estructura irregular de la frase. El hipérbaton suele considerarse, más que una figura, una categoría que abarca todas las posibilidades de ruptura del orden sintáctico habitual; otros autores, sin embargo, distinguen distintas variedades: Hipérbaton, Anástrofe, Tmesis y Synchysis (o Mixtura Verborum). Nosotros optamos por considerarla una figura en sentido amplio.

«Estas que me dictó rimas sonoras
culta sí, aunque bucólica, Talía…» (Luis de Góngora)

El orden lógico sería: «Estas rimas sonoras que me dictó…»


TMESIS.- Considerada por algunos autores como una variante del hipérbaton, consiste en la ruptura de una palabra mediante la inserción en su interior de elementos ajenos a ella. En el ejemplo, se separa la palabra jerigonza con la inclusión de un verbo:

«Quien quisiere ser culto en solo un día,
la jeri (aprenderá) gonza siguiente…» (Francisco de Quevedo)


DILOGÍA.- Es el uso de una palabra o expresión en dos sentidos distintos dentro de un mismo enunciado:

«Cruzados hacen cruzados,
escudos pintan escudos,
y tahúres muy desnudos
con dados ganan condados;
ducados dejan ducados,
y coronas majestad…» (Luis de Góngora)


CALAMBUR.- Juego de palabras que se produce cuando un reagrupamiento y redistribución de una o más palabras producen un sentido distinto (la popular adivinanza «oro parece, plata no es» sería un ejemplo perfecto):

«Dore mi sol así las olas y la
espuma que en tu cuerpo canta, canta
-más por tus senos que por tu garganta-
do re mi sol la si la sol la si la.» (Ángel González)


Figuras retóricas

La retórica nació en la Antigüedad como ciencia del discurso oratorio vinculada a los foros públicos de la democracia griega, pero pasó ya en el siglo I de nuestra era a designar la ciencia del ornato verbal de cualquier creación literaria.

Las figuras retóricas se consideraban manipulaciones en la forma del lenguaje mediante las cuales se añadía algo (adiectio), se quitaba (detractio), se cambiaba el orden de las palabras (transmutatio) o se sustituía una palabra o su significado (inmutatio) con el fin de embellecer ese lenguaje, adornarlo. Esa era la concepción que tenían de ellas los clásicos y es la misma que tenemos nosotros hoy en día.

Aunque se trata de procedimientos o recursos expresivos que aparecen en la lengua literaria, no debemos olvidar que también se utilizan en la comunicación habitual. Nuestro lenguaje está repleto de figuras retóricas aunque apenas reparemos en ello.